El trabajo que
desarrollamos en la Oficina de Escolarización de Málaga está muy
condicionado por una serie de factores externos, que en ocasiones nos
desbordan y superan nuestra capacidad de reacción.
Hay que recordar que no
es lo mismo trabajar de cara al ciudadano para hacer efectivo un
derecho, como puede ser el de la educación, por lo que implica de
fuerte exigencia por parte de las familias y de reparto de recursos
en ocasiones escasos por parte de la administración; que por
ejemplo, trabajar en la gestión de unas ayudas de fondos europeos,
donde en la mayoría de ocasiones encuentras gran complicidad con el
administrado.
Nuestro trabajo diario
puede verse afectado por múltiples e imprevisibles factores. Una
crisis de convivencia en un barrio por problemas de racismo o de otra
índole, problemas políticos en un país que implica movimiento de
población, la entrega de unas viviendas protegidas por parte del
ayuntamiento o la concesión de un premio de excelencia a un centro
educativo que lo coloca en el punto de mira de los padres,
incrementando o fluctuando, en este y en los demás casos la demanda
educativa en esa zona de forma muy significativa en cualquier momento
del curso.
Cuando los recursos
económicos y materiales no son un problema, el servicio puede
alcanzar un gran nivel de excelencia y se puede atender a todas las
demandas planteadas, abrirse a los ciudadanos y ofrecerles un abanico
de opciones es fácil entonces. Cuando esto no sucede, la posibilidad
de añadir valor a la oferta está muy limitada. Ofrecer más plazas
bilingues, profesores de pedagogía terapéutica, más plazas en el
comedor o de transporte, etc....implican un incremento del gasto que
en la actualidad las administraciones públicas no se pueden
permitir.
El gráfico propuesto se
puede adaptar a nuestra operativa, pero con matizaciones. En el día
a día, entendiendo operación como la recogida de la demanda de un
ciudadano, su grabación en el sistema informático y su reparto a
las unidades competentes, se realiza por el personal administrativo.
La supervisión de las solicitudes y su reparto concreto lo realiza
el jefe de servicio coordinando todas nuestras actuaciones.
El personal técnico,
entre el que me encuentro, gestiona la documentación aportada,
informa sobre la situación de la demanda concreta y las
posibilidades de resolución utilizando todos los medios de los que
disponemos: Informes de inspección, informes de los equipos
directivos, técnicos de ordenación, servicios sociales, juzgados,
fiscalía, etc...y nuestros propios sistemas informáticos. Las
consultas telefónicas de los alumnos, tutores o personal directivo
de los colegios es constante, así como la demanda de información
por parte de familias que se desplazan dentro de la provincia, o que
llegan desde fuera de nuestra provincia y desde otras comunidades o
de otros países en cualquier época del año. Nuestras repuestas no
pueden ser nunca iguales y dependen del momento del curso en el que
nos encontremos o el tipo de estudios o la disponibilidad de recursos
en ese momento y en la zona de residencia. Nuestra realidad es muy
cambiante y debe ser actualizada a diario. Una misma plaza escolar
puede ser rechazada por una familia y aceptada por otra, dependiendo
de su situación económica, su realidad social, sus expectativas o
idea de la educación.
La estrategia está
marcada, en gran medida, por las decisiones políticas, por lo que
las Direcciones Generales y superiores en los Servicios Centrales,
que tienen una visión más global de la problemática general son
las que dictan las instrucciones. Es claro que una provincia como
Málaga no tiene la misma red de centros ni las mismas características
y volumen que otras mucho más pequeñas, por lo que siempre se
requieren adaptaciones puntuales que en ocasiones una legislación
general no permite.
La posibilidad de
innovación está limitada por los calendarios tan específicos de
los cursos, los recursos humanos y materiales y la inmediatez que
requieren las soluciones a las demandas que se nos plantean todos
los días.
Un campo de gran
desarrollo en el terreno de la innovación sería la conexión de los
sistemas informáticos de las diecisiete comunidades y las dos
ciudades autónomas. Conectar entre si todos los sistemas de gestión
del alumnado en todo el estado, permitiría conocer el historial del alumnx y su
trayectoria una vez que abandona nuestra comunidad. Esa
descoordinación supone una gran pérdida de información y por lo tanto de valor. Es un
elemento más que redunda en la mala percepción que se tiene de nuestro
sistema educativo en los organismos internacionales que nos evalúan
sistemáticamente.
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